El mundo de la cerveza
Por: Yadira Espinoza
En esta vida, uno se acostumbra a todo” dicen por ahí, como por ejemplo a tomar cerveza a “temperatura ambiente”, como me sucede actualmente ahora que estoy en Alemania. Es que en el invierno, en estos lugares nórdicos, la cerveza no la meten al refrigerador, sino que la dejan afuera en el balcón, terraza, o en el sótano y durante el verano, en las reuniones al aire libre, meten las cervezas al río o simplemente las toman directamente de la canasta del mandado.
Una gran diferencia comparada con otros países, como por ejemplo en nuestro México lindo y querido, donde generalmente la cerveza acostumbra a tomarse “bien helada”, a cero grados centígrados o menos, ya que “con hielito sabe mejor”, y en las carnes asadas, la hielera no puede faltar. Sin duda, es cuestión cultural; pero también, ejem ejem, discúlpeme Usted guapa o guapo lector, falta de información.
A menos de que la cerveza no sea buena o se consuma con el objetivo de quitar la sed después de una larga caminata en medio del desierto, – y aún así tengo mis dudas, ya que lo helado puede causar molestias en el estomágo y hasta una leve diarrea – de entre los más de ciento cuarenta estilos de cervezas que existen, la mayoría no se recomiendan disfrutar a temperatura escarcha, ya que inhibe la percepción de los sabores en la lengua, y no se logran distinguir las características y atributos del preciado líquido.
Les comparto una brevísima guía de la temperatura en que se sugiere consumir una cerveza, para apreciarla mejor, basada no sólo en mi opinión, sino también en la de los expertos:
*Columna cervecera publicada en periódico El Vigía el pasado viernes 14 de marzo del 2014