¿Cuántas veces hemos leído y escuchado que “la cerveza engorda” o que por consumirla “sale panza”? Seguramente infinidad de veces, y sin duda, será cuento de nunca acabar; sin embargo, les comento queridos y guapos lectores, que está comprobado científicamente que la cerveza no ocasiona que el cuerpo humano aumente en peso, sino que la cerveza lo que provoca es: abrir el apetito.
Así es, después de haber disfrutado una cerveza, se activa el cerebro y envía deseos y órdenes de: alimentar el cuerpecito…y de preferencia, algo grasosito o cargado de calorías, como por ejemplo, una hambuguesa, pizza, papas fritas, hot dogs, tacos de adobada, etc. O sea, algo llenador y… ejem ejem… de entrada, engordador, que hace que la “panza”, “llantitas” o “agarraderas del amor” crezcan y se dejen notar cada vez más.
Esa es la verdadera razón, por lo que uno engorda: por los alimentos que uno consume, al tomar cerveza, no por el líquido en sí. Además, claro está, por la falta de movimiento corporal. Si no me cree, querido lector, querida lectora, haga la prueba:
1. La siguiente vez que tome una cerveza, espere unos minutos y verá como empezará a sentir “hambre”. Analice y escuche a su cuerpo, que tipo de alimentos es lo que le pide. Usted tiene la opción y el control: elegir algo saludable o algo con mucha grasa.
2.También, deje el auto más seguido en la cochera, camine, ande en bici, pasee por la ciudad, la playa o montañas. Movimiento corporal…y al final del paseo, refrésquese con una buena cerveza. Una.
3.Elija no sólo cervezas industriales, sino también artesanales, ya que son elaboradas localmente, con una gran variedad de estilos, y seguramente quedará encantado con su sabor. Además, las cervezas artesanales, satisfacen el paladar, el estómago…y el alma. Uno se queda lleno de sabor y no de gas.
La cerveza, es un élixir de vida y felicidad, creada y elaborada con ingredientes de la naturaleza misma: agua, malta, lúpulo y levadura, que no hacen engordar. Si todavía no me cree, eche un vistazo a la historia de la antigua Mesopotamia, de los egipcios y vikingos, conocidos por consumir cerveza como alimento, como “pan líquido”, en ese entonces, no había gorditos, ni panzoncitos. En la Edad Media es cuando se empiezan a ver cuerpos más robustos, la alimentación o el exceso de ella.
Así que, mi querido lector, querida lectora, ayude a que no se siga propagando la falsa idea de que la cerveza engorda, al contrario: la cerveza provee nutrientes al cuerpo humano, satisface nuestra sed y produce placer. La cerveza es para disfrutar, no para echarle la culpa de nuestra gordura. Por nuestra salud: ¡ A tomar con moderación, a comer saludable y a mover el cuerpecito!.
*Catadora en Alemania. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Fundadora del movimiento cervecero femenil “Mujeres Catadoras de Cerveza en México”. Actualmente vive en Berlín y en tres meses ha bajado cuatro kilos tomando moderadamente buena cerveza y disfrutando de la vida.
**Columna cervecera publicada en Zona Líder y en periódico El Vigía la semana pasada. Abril 2014. Ilustración para la edición impresa de Kathy Pedrín.