Transitar por las calles, sentir el viento y el sol en los cachetitos, apreciar cada detalle urbano sin prisas, y disfrutar el movimiento del cuerpecito al pedalear; disfrutar moverse en bicicleta, la libertad de sentir la ciudad de cerquita y sin barreras, en vista panorámica sin cristales de auto de por medio, de ver los abarrotes de la esquina, la cancha de tenis, la tortillería que acaban de abrir; oler los tacos de birria, los bolillos recién horneados y hasta el drenaje de la colonia…
Saludar a los peatones, a los ciclistas…y de vez en cuando reprimirse y no hacerles señas grotescas a algunos automovilistas…
Mis vivencias desde la bici, en mi bici, con mi bici, por mi bici: la “Reyna Azul de los Mares” (“Blaue Königin des Meeres), aunque en este caso quedaría mejor, la “Reina Azul de las calles, topes y baches”…