Paseo en bici con cerveza y postres

Antojos locos y desesperados antes de que el sol se despidiera del lunes.
 
Aceleré las piernitas sobre los pedales: arriba abajo; abajo, arriba; concentración total y un sólo objetivo en mente. Lo que en “condiciones normales” recorro en noventa minutos en la fabulosa “Reina Azul de los Mares”, – a la que por cierto le dieron una “estiradita”, le levantaron el manubrio, el asiento y parece jirafita – lo hice hoy en la mitad del tiempo. 

Valió la alegría de mi cuerpecito, consentirlo siempre: Bike, Beer, Fun…and Desserts 😉 Placeres de la Vida.

Repostería francesa: unas “Monjas”, pastelitos de pasta francesa “choux”,  relleno de crema adictiva, ¡mmm!


Con casquito de estrellitas sudando la gota gorda sobre la “Reina Azul de los Mares” o la chica de ¡ea ea!. 

A rodada veloz en la bicicleta, intentando llegar a mi destino antes de que obscureciera y con un cargamento de postres en la canasta, me doy el tiempo para voltear y ver la puesta del sol sobre el Oceáno Pacífico, las nubes, las olas, la arena, las palapas, la gente caminando…y las candentes parejitas acariciándose y besándose “desesperadamente y sin pudor” en el malecón. A mi ritmo bicicletero, sin frenar y con toda la intención traviesa de este cuerpecito, exclamo al pasar frente o atrás de ellos: “¡ea, ea! ¡ea, ea! ¡arriba las manitas pillines!, ¡ea, ea!…”

Sigo pedaleando, sintiendo el viento en la cara, dejando atrás una nula reacción de los enamorados. Me alejo y me carcajeo de mi “osadía”. Ni que me importara o molestaran las expresiones de amor en público. Travesuras en bici, casi nocturnas, nomás por “dar lata”. FUN 😉