Una de las cosas que me llamó la atención durante la Biermeile en Berlín (post anterior), y que quise compartirla aparte, ya que me pareció muy especial, fué que en uno de los stands había una máquina llenadora de botellas de cerveza, muy rústica y antigua.
Mientras veía al señor, que frente a todos los paseantes, la armaba y ajustaba tornillos, también leía que era una máquina histórica construída en 1910, ¡todavía en funcionamiento!. Se pueden llenar botellas pequeñas, hasta botellas de dos litros.
Actualmente, pertenece al Museo de la Cerveza George Lechner, un señor, el mismo que atendía el stand, apasionado coleccionista de artículos cerveceros y autor de varios libros.
La máquinita no sólo la usan para llenar botellas, sino también para llenar tarritos o vasos con cerveza, en eventos especiales, como la Milla de la Cerveza. También en los eventos, llenan las botellas, las etiquetan y las venden a los deseosos…
A esta máquinita azul, le llaman “Die Kleinste noch in Betrieb befindliche historische Flaschenabfüllanlage der Welt“, algo así como: “La máquina histórica de llenar botellas, todavía en funcionamiento, más pequeña del mundo”. Nada corto el nombrecito je je…
En general, todo el stand del museo, me llamó la atención porque tenían cajas de madera muy viejas, así como botellas con sistema de cierre antiguo: Buegelverschluss, las que se cierran con tapón de porcelana, creo se les llama Tapón de Hutter (por el apellido de quien las patentó. Ego total).
Espero algún día visitar el museo. Al parecer tienen otra máquina antigua, para etiquetar, y me dá la impresión de que el señor George es todo un personaje interesante para platicar. Dicen que está tan apasionado por la cerveza y todo lo que esto conlleva, que ¡hasta duerme en un barril gigante de cerveza! Prost!